sábado, 5 de febrero de 2011

Blanco y negro

En mayo o junio de 2005... sucedió de nuevo: un altísimo funcionario del gobierno mexicano de aquellos ayeres (para más señas usa botas vaqueras y hoy ya es ex presidente), externó una más de las inocentes barbaridades orales a las que nos tuvo acostumbrados, tanto a propios como a extraños, durante su mandato.

‘Nuestros compatriotas y compatriotos se van a los Estados Unidos a realizar trabajos que ni los negros quieren hacer’.

Digo, quizá no sea textual la cita, pero el concepto sí lo es.
Si hubiera dicho...‘a realizar trabajos que ni los americanos quieren hacer’, no hubiera pasado absolutamente nada.
Si hubiera dicho…‘que ni los de casa quieren hacer’, todo seguiría normal.
Pero dijo negros, no morenos; dijo negros, no prietos. Negros.
Si lo hubiera dicho en su rancho, en casita, o en la intimidad de los pinos, no hubiera pasado nada, pero lo dijo frente a las cámaras y los micrófonos, y estuvo a un tris de provocar, si no una declaración formal de guerra, al menos sí un conato informal de invasión, ya que los norteamericanos casi casi volvieron a sentir lo que sintieron el domingo 7 de diciembre de 1941, como a las 07:58 de la mañana, en Pearl Harbor, la Bahía de las Perlas... y todo gracias a la perla racial expresada por nuestro entonces primer mandatario.
Obvio, el eco de ese comentario se esparció por el mundo, como se esparcen las heces, ya secas, de los perros cuyos dueños sacan a pasear olvidándose de recoger las ‘gracias’ que sus canes van dejando a lo largo de su paseo.
Como era de esperarse, llegaron las reacciones, las presiones y el intercambio de informaciones y deformaciones en las últimas ediciones y hasta en las televisiones de varias naciones:
Que se disculpe el Presidente.
Que yo por qué.
Es que lo dijo en tono despectivo.
No, lo dijo más bien en tono deportivo, ya ven cómo es él.
Es una vergüenza nacional y un insulto internacional.
No dijo lo que ustedes creyeron que dijo.
Es un agravio para las relaciones bilaterales.
Que no.
Es una mancha en el cárdex de ambos países.
Es que se le chispoteó.

Ni hablar: como si no tuviéramos suficientes problemas internos, todavía tenemos pila de sobra para andar tentando a los demonios de la política internacional: somos los Energizer de las declaraciones, los Varta de las instituciones, los Eveready de las constituciones.

Conscientes de ello, la N.E.G.R.O. (Núcleo Especializado en la Gramática Racial Ofensiva), con sede en Blackpool, Inglaterra, organización que presiden Tostao Black and Decker Schwartzenegger, y Dark Simpson Negroponte Moreno, alemán nacionalizado portugués (el primero), y africano nacionalizado norteamericano (el segundo), de inmediato mediaron en el naciente conflicto entre las naciones involucradas, esto es, entre los descendientes de Pocahontas y los herederos de Huitzilopochtli.
Afortunadamente, las tácticas de la N.E.G.R.O. a la larga resultaron prácticas: la momentánea tensión entre ambos países recibió un extraordinario masajito con Flanax, y colorín colorado.

Palabras de Tostao Black and Decker Schwartzenegger (a quien sus novias siempre han tachado de martillo, en especial cuando bebe desarmadores) con traducción de Isidoro Lascar Nitas:

No fue fácil. Primero pensamos en eliminar la palabra 'negro' del diccionario.  Claro, al no existir, pues nadie la va a consultar, nadie se la va a aprender, y nadie la va a expresar, y como ya sabemos, el humano es un ser que olvida pronto: prueba de ello es que todavía hay mexicanos que siguen votando por el partido tricolor. Increíble.
La idea nos pareció una ideota (con e, por supuesto).
De inmediato le enviamos un atento e mail a las altas autoridades de la Real Academia de la Lengua Española, proponiéndoles la medida. Su respuesta llegó minutos después:

¡Pero si seréis pelmazos!: si quitamos la palabra negro del diccionario, en un acto de legítima réplica democrática, los negros de segurito nos piden que quitemos la palabra blanco del documento gramatical en cuestión, y si complacemos a los primeros, tenemos la obligación moral y profesional de hacer lo propio con los segundos; el problema es lo que seguiría: la reacción en cadena, hasta quedarnos sin colores, sin tonos y sin matices, para ver el mundo y el universo como esos televisores de los años cincuentas: en blanco y negro, los colores (*) pioneros del conflicto, justamente. ¿Es correcto hacerle eso a los colores? Creemos que es acentuadamente incorrecto. Ustedes nos perdonarán, pero el cielo debe seguir siendo azul; el fuego, rojo; la naturaleza, verde; las nubes, blancas; las jacarandas lilas, y el submarino, amarillo, por respeto a los Bitels, y por mencionar algunos colores tan sólo.
(*) El negro y el blanco, o el blanco y el negro, para no herir susceptibilidades en estos momentos tan críticos, sí son colores, contradiciendo lo que afirman algunos dizque estudiosos del tema; si el blanco no fuera color, mi coche blanco, nuevecito él, no se vería y todos me lo andarían choque que choque en cada esquina, en cada frenón; lo mismo sucede con el negro, que si no existiera, pues nadie lo vería y los que somos o fuimos de abundante melena negra azabache pareceríamos calvos, y no. Sin más por el momento, quedamos de ustedes...

Reconozco que no lo habíamos pensado afirmó Tostao pero los de la Real Academia tenían toda la razón del mundo; a veces, estos tíos tienen unos comentarios muy coloridos, por lo que tuvimos que enfocar nuestras baterías hacía otro lado.

Días de cavilación. Tardes de meditación. Noches de recogimiento. Madrugadas de reflexión. Crepúsculos de imaginación.

Por fin, ese examen de auto conciencia rindió sus frutos, mismos que deseamos compartir, desgajar y desgranar con todos ustedes, por si por ahí se encontrase alguien que tuviese un pariente político, o un familiar funcionario, o un conocido en alguna secretaría, o un amigo en alguna dependencia oficial, o algún cuate influyente, o peor tantito, por si por ahí hubiera algún redactor de informes oficiales, o presidenciales... uno nunca sabe.
Una vez aclarado el punto, tomen nota, ya que creemos que este documento debe pasar de generación en generación, para evitar que momentos tan tensionantes, agresivos y bochornosos vuelvan a poner en peligro la estabilidad diplomática entre dos países (sobre todo si uno de esos países está entre el río Bravo y el Canal de Panamá), ya que de presentarse un conflicto entre los Estados Unidos y un país serio, el panorama se vislumbraría negro, ¡mil disculpas!, fue un lapsus lingüis, realmente quise decir... un panorama color betún para zapatos de charol de presentador de Premios TV y Novelas.

* En computación:
Al redactar algún documento, ya no podremos poner en negritas tal frase, o tal palabra, o tal idea, o tal cifra, o tal título: si queremos resaltar algún morfema o guarismo, de aquí pa´l real tendremos que revestirlos con 'caracteres achapopotados'.
(En la pantalla, sobre la barra de herramientas, el ícono N, de negritas, será reemplazado por el de CB, o sea, Contrario al Blanco).

*En lo familiar:
Las familias más folklóricas ya no tendrán su 'oveja negra' (ya saben: la chica de 17 que salió, primero con su galán número 1, y luego con su domingo 7;  o el tío borrachín; o el hijo punk y metódico, o el abuelo rabo verde), sino su 'oveja de albor con súbito giro de 180°'.

*En la aeronáutica:
Los aviones comerciales y militares ya no tendrán 'Caja negra', sino 'Caja Afroamericana'.

*En la música de Cri Crí:
A partir de esta fecha, y con carácter de irrevocable, el 'Negrito Sandía', composición del inolvidable Francisco Gabilondo Soler, será impresa en los CD's como 'Costeñito de epidermis con clara tendencia hacia el oscurantismo... Sandía'.
Asimismo, la otrora 'Negrita Cucurumbé', ya es 'la fiel y digna representante de la tonalidad dérmica autóctona africana Cucurumbé'.

*En el ajedrez:
Ya no primero salen las blancas y luego tiran las negras, no: salen las ausentes de color en primer lugar, y luego tiran las de ‘color de pancake quemado’ por andar uno hablando por teléfono.

*En el bolero romántico antiguo:
Desde ya, Toña 'la Negra'  será mundialmente conocida como... 'Toña, la que se asoleó media hora de más, sin bloqueador del 12'.
La canción 'Negra consentida', de Pardavé, está estrenando nombre: 'Raya de cebra (no blanca) consentida'.

*En el piano:
La teclas negras de pianos, órganos, acordeones y demás teclados, serán conocidas, o como sostenidos, o como bemoles, o como teclas del mismo color del campeón mundial de los 100 metros planos (que de seguro es negro, ¡Oops!, que de seguro es de piel mucho más, exageradamente más, exacerbadamente más intensa que la morena que lucen los lancheros acapulqueños).

*En la cantina:
Ya no le pida al mariachi que le toquen 'la Negra', porque capaz que se la tocan; mejor solicítele el 'Son del color de la boca de un lobo'.
La canción 'La puerta negra' cambia a 'La puerta color frijolitos de olla'.
De igual forma, ya no será surtida la cerveza 'Negra' Modelo en los bares y tugurios de las grandes ciudades, por lo que habrá que solicitársela así a su mesero de confianza: 'Danny, tráeme una Modelo bien sombreada'.

*En la sociedad mexicana:
Los poquísimos pobres y miserables que aún hay en México (según los registros oficiales), hacinados en las faldas de algún cerro cercano y que no tienen acceso a los televisores de color, tendrán que ver su programación no en blanco y negro, sino en 'blanco y color pastel de chocolate macizo'.

*En la política:
Hoy resulta muy difícil meter 'mano negra' en los procesos electorales del país, sean federales, estatales o municipales. Mas, si por azares del destino se volviera a presentar esta tramposa costumbre de inequívoca esencia priísta, será conocida como 'mano color tono de corbata obligatoria para asistir al velorio del señor padre de un altísimo funcionario del gobierno mexicano que se nos adelantó en el viaje'.

*En la suerte:
Ya nadie podrá tener 'negra suerte' (ejemplo: usted tiene que escoger 99 pelotitas de 100 y meter las 100 en una urna; una vez hecho esto, un muchachito o muchachita le dará 10 vueltecitas a la urna, para que las pelotitas de mezclen entre sí; entonces detendrá la urna y meterá su manita en ella, hurgará un minuto, y habrá de sacar una bolita; si la bolita seleccionada muestra uno de los 99 numeritos que usted eligió, ya ganó usted 10 millones de dólares, pero de seguro, si el número que usted no eligió es el 13, por chafa, por feo, por malhadado… verá cómo el muchachito o muchachita extrae justamente el número 13; eso es tener negra suerte); bueno, pues a partir de hoy uno tendrá suerte color ficha clásica de dominó bocabajo, es decir…(no lo diga, sólo piénselo y acertará).

*En el rostro:
Esos antiestéticos 'puntos negros' faciales, que al menor descuido nos dejan la cara como promoción de pizza Domino's 'Extravaganza' con doble ración de champiñones y carne molida, serán conocidos como... 'puntos del tipo carbonoide'.

* En la historia policiaca mexicana:
El malogrado 'Negro' Durazo, fallido morador del primer Partenón azteca, ambos de infausta memoria, será recordado, per sécula seculorum, como Arturo, 'el antónimo absoluto del blanco' Durazo Moreno; las futuras ediciones del libro que radiografió su actuación en varios frentes, en adelante será titulado: 'Lo antónimo absoluto del blanco del antónimo absoluto del blanco Durazo Moreno'.

*En la historia universal:
Las láminas del pirata 'Barba Negra' aparecerán con el siguiente texto en la parte posterior: 'El Pirata Barba de tonalidad infinitamente más subida que el gris rata'.
Por su parte, las nuevas reimpresiones se referirán a la 'Peste Negra' europea de siglos anteriores, como... la 'Peste color lengua de ahorcado reciente'.

A todo esto, hay una pregunta a la que no le hemos encontrado ninguna respuesta advierte Tostao:

¿Por qué un blanco no se ofende cuando un no blanco lo llama precisamente así: blanco?

Y remata:

Con tantas cavilaciones, tenemos la mente en blanco, bueno, la verdad sea dicha: por tantas cavilaciones... y por haber ingerido tantas tazas de café negro, ¡perdón!, de café... color carroza de Gayosso.

c.c.p. Fox, Bush y Obama.

Blanco y negro
... o el efecto dominó.

Para todos los seres coloridos
de este país que nomás no da color.

Ignacio Ernesto Jaime Priego.
Junio de 2005.



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