sábado, 5 de marzo de 2011

El aviso avieso

Todos aquellos empresarios que se pasan la vida solicitando trabajadores buenos, bonitos, blanquitos y baratos, ofreciendo empleos (vía periódico, básicamente) feos pero mal pagados, deberían de emplear, justamente, palabras claras, frases comprensibles, términos legibles y entendibles, ya que sus actuales ofertas, oportunidades laborales y demás mensajes laborales, la mera verdad, dejan mucho que desear, por confusos, poco claros, incomprensibles y ambiguos; por eso no hay empleo, por eso hay tanto desempleo y tanto sub empleo.
Lean lo que sigue y luego hablamos.

Importante empresa del ramo...
Error.
Este es el mensaje inicial, invariablemente, de todos los anunciantes. Los lectores, en su mayoría incultos, se imaginan que es una florería especializada en ramos de novia, por lo que se abstienen de leer el resto del mensaje.

Cambia de vida...
– ¿Y dejar de chupar?... ¡Nigüas! – exclaman cientos y cientos de cesados desesperados al leer esta no tan atenta frase que tanto atenta contra sus costumbres etílicas.

Ambos sexos...
¡Cuidado!
A nadie le gusta trabajar con bisexuales, y mucho menos con hermafroditas o degenerados, de esos que le tiran la onda a lo que se mueva, lleve pantalón, falda o hot pants... por aquello de que Dios los crea, y ellos...

Sueldo según aptitudes...
Otra bronca.
¿Qué aptitudes puede tener alguien que busca la solución a su futuro económico en las amarillentas hojas de un periódico?... Ninguna, por lo que sospechan que el sueldo ofrecido debe ser similar al de un copy publicitario, es decir, miserable.

Contratación inmediata...
¡Por favor!
Hoy en día, estando las cosas como están, ¿Quién contrata a quién así nada más? Sólo los partidos políticos y los rateros, que en muchos casos viene siendo lo mismo. Y cuando el prestigio de una empresa está en entredicho, pierde credibilidad, confiabilidad y amabilidad (por no mencionar la civilidad).  A los lectores les ha de dar pánico el imaginarse trabajando junto a gente de su propia ralea.

Tres turnos...
¡Horror!
– ¿Tantos?
– ¿Y a qué horas duermo?
– ¿Y a qué horas chupo?
– ¿Y a qué horas veo a los cuates?
– ¡Ya parece! – dicen los lectores y saltan a la siguiente oferta de trabajo, como va.

Trabajo de planta...
¡No puede ser!
¿Qué se sentirá estar parado dentro de un macetón junto a la señorita de la recepción, durante 8 horas diarias?...sin hablar, sin moverse, con los sobacos llenos de hojitas y los zapatos llenos de tierra, de bichos varios, de ceniza y de colillas, y lo peor; tener que soportar el ser regados vaya uno a saber con qué.

Semana inglesa...
¡Peor tantito!
Si a duras penas saben decir ‘lunes’, o ‘buenos días’ en perfecto español, ¿Cómo piensan que dominen el idioma de Shakespeare? Ni pensarlo siquiera.

Presentarse en horas hábiles...
¡Qué pasó!
En el lenguaje de los desempleados, en el caló de los cesados, en la juerga de los por el momento activamente desacelerados, el término ‘horas hábiles’ se traduce como el tiempo que los olvidados de la Diosa Fortuna pasan en la cantina, empinando el codo para precisamente habilitar su tragedia.

Sueldo fijo...
¡Qué inconsciencia!
O sea, de esos que no van ni para atrás ni para adelante; fijo, como sus aspiraciones. Tal vez los lectores no entiendan el significado del término ‘inflación’, pero de que se fijan, se fijan; fíjense y verán.

Prestaciones superiores a las de la ley...
¡Absurdo!
– ¿Qué es eso?
– ¿Qué es prestación? Ojalá y no sea lo que me estoy imaginando.
– ¿Qué es ley?
* (Estas fueron las tres respuestas más socorridas en las encuestas de salida, a cargo de la empresa ‘Di por qué’, por lo que pensamos que el mensaje original falló rotundamente).

Enviar currículum a...
¡Terrible!
Esto los asusta, que piensan que quien envía su currí... eso, no es macho de los buenos, y ellos son pobres, pero honrados, y eso sí, muy hombrecitos.

Inútil presentarse sin referencias...
¡La puntilla, sí señor!
Si los interesados no tienen ni zapatos, mucho menos van a andar teniendo ‘referencias’, que han de ser mancuernillas de concha de galápago, o algo por el estilo, por lo que tirarán esa sección y verán los monitos, poco antes de echarse un pistito en los prados de Chapultepec, a eso de las once de la mañana... al fin que mañana será otro día.

Por ello considero oportuno este aviso, que si es empleado como es debido, hará mucho en pro del empleo nacional.

El aviso avieso

Dedicado a quienes salen
a buscar trabajo,
            rogándole a Dios
            sí encontrarlo.

     Ignacio E. Jaime Priego.
         Agosto de 1993.

No hay comentarios:

Publicar un comentario